Una reflexión sobre la pérdida de identidad nacional y el exilio emocional de toda una generación
🧭 Entre la desorientación y el duelo: El país que se nos fue
Autor: Miguel Ángel Landa
Artículo original: Venezuela Desapareció
Confieso que ya no sé muy bien dónde estoy, ni hacia dónde me dirijo. Las señales que antes me ayudaban a reconocer mi patria se han desvanecido. Nací y crecí en Caracas, pero ya no me siento caraqueño. Esta ciudad se ha transformado en un espacio irreconocible, habitado por rostros extraños, impredecibles, sin orden ni guía.
Venezuela dejó de ser ese país que se anidaba en mi corazón, que recorrí, que absorbí como parte de mi ser. Hoy me siento perdido en territorio ajeno. Ocho generaciones de antepasados venezolanos ya no bastan para hacerme sentir en casa.
🌄 El cambio invisible que lo transformó todo
Han cambiado los sabores, los olores, los paisajes, nuestras memorias, los sonidos cotidianos, incluso los horarios y los nombres de las cosas. Las costumbres sociales, nuestras expresiones, nuestra forma de amar, de hacer negocios, de celebrar, de relacionarnos… Todo parece distinto. Como si nuestra forma de existir hubiera sido desplazada a un lugar sin coordenadas claras.
Hoy caminamos como zombis emocionales, sin identidad, sin pertenencia. No nos expulsaron del país… fue el país el que nos fue borrado, y nos dejaron flotando. Venezuela no está exiliada geográficamente solamente; agoniza en otro exilio, más profundo, sin tiempo ni espacio. Un exilio de ausencia.
🕳️ Un país sin cuerpo, sin duelo, sin epitafio
El país ha sido despojado de memoria tangible: ya no hay instrumentos, huellas ni testimonios que midan esta ausencia. No hay cadáver, no hay lugar donde llorar formalmente su pérdida, ni ritual que marque su final. Se ha disuelto en algo parecido a un agujero negro histórico. Más que una muerte, parece una dislocación del tiempo y el espacio.
Pronto llegará el día en que alguien pregunte: “¿Venezuela? ¿Eso existe realmente?” Porque esa extraña desaparición está más allá de los funerales. No habrá epitafios ni lamentos multitudinarios. Nuestros pocos dolientes podrán desvanecerse también en esa nada a la que ha huido el país.
📜 Sin leyenda, sin Homero, sin redención
Este no será un fin épico como el de Pompeya, ni mitológico como Troya; no tendremos Homero que cante nuestras gestas. No nos envolverá leyenda alguna. Nuestro legado será, desafortunadamente, de vergüenza y silencio.
📚 Reflexión final: ¿Cómo reconstruir lo intangible?
Este artículo, extraído del original Venezuela Desapareció de Miguel Ángel Landa, no solo es un testimonio del dolor, sino también una invitación a reflexionar. ¿Cómo reconstruir una nación cuando lo que se ha perdido no es solo territorio, sino alma? ¿Cómo recuperar la identidad cuando el país se ha convertido en un recuerdo borroso?
La respuesta no está en los mapas, ni en los discursos. Está en la memoria viva de quienes aún sienten, aún recuerdan, aún sueñan con una Venezuela que no se rinde a la desaparición.
Publicado en el blog con fines educativos y reflexivos. Todos los derechos pertenecen al autor original.

